de Daniel Barber
Drama británico donde la decadencia del abuso de drogas y el no respeto al adulto mayor en un barrio marginal hace de escenario a este filme.
Su guión como que tiene ganas de lograr algo interesante, pero como que nunca logra invitar a incorporar al espectador.
Cuando el climax llegó (y muy pronto) los sucesos se hacen lógicos, triviales, sin ningún atributo anexo que haga algo fascinante.
Michael Caine hace lo ya esperado para una figura de su tamaño, con un papel que es creible e incluso uno entiende su tristeza e impotencia.
Es del grupo del promedio, No hay lecturas o mejor dicho vistas escondidas...
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